Cuando pintamos la fachada de nuestra casa o cambiamos las ventanas estamos haciendo una reforma sí, pero no podemos considerarlo una rehabilitación propiamente dicha. Cuando hablamos de rehabilitar una vivienda, nos referimos a algo que va muchos más allá de lo puramente estético, ya que lo que buscamos con una rehabilitación es mejorar el bienestar de las personas que habitan ese inmueble.
Está comprobado que hoy en día pasamos casi el 90% de nuestro tiempo en edificios y más del 65% de nuestra vida dentro de nuestro hogar, por lo que si el edificio no es capaz de garantizar unas condiciones ambientales adecuadas, esto tiene una consecuencia directa sobre la salud de las personas.
Por eso, cuando damos el paso de rehabilitar nuestra vivienda hay que hacerlo con conocimiento y sabiendo muy bien qué necesita el edificio y qué queremos conseguir con la intervención.
Además, debemos concebir la rehabilitación como un “todo” y no centrarnos de forma aislada en diferentes aspectos del hogar. No se trata de actuar solo sobre los puentes térmicos, la hermeticidad o el control solar, sino de actuar sobre todos ellos en su conjunto. ¿Y cómo lo hacemos? Lo veremos a lo largo de estas líneas.
Pasos a seguir en la rehabilitación de una vivienda
Rehabilitar una vivienda con objetivos de eficiencia energética y sostenibilidad implica un proceso planificado y estructurado. Muchos pasos a seguir para los que conviene contar con profesionales certificados. Esto nos permitirá lograr una intervención ordenada y completa, así como evitar sobrecostes y patologías en nuestro edificio.
En toda rehabilitación es recomendable designar un técnico responsable del proyecto (desde ONHAUS y desde nuestra ingeniería, ofrecemos el servicio), que se ocupe de supervisar cada una de las fases de la rehabilitación: desde el diagnóstico inicial hasta el mantenimiento final, pasando por la ejecución de la obra y por todo lo que tiene que ver con la obtención de certificaciones y la solicitud de ayudas y subvenciones.
· Diagnostico
Para saber cuáles son las necesidades que queremos cubrir, tenemos que conocer cuál es la situación de la que partimos. Realizar una inspección completa de la vivienda nos ayudará a identificar problemas estructurales, de aislamiento, instalaciones antiguas y posibles fuentes de pérdida de energía. Solo haciendo un buen diagnóstico seremos capaces de medir las carencias que tiene nuestro edificio. Y para ello no es necesario gastar grandes cantidades de dinero en tecnología. La instalación de detectores de CO2 o de temperatura y humedad nos puede aportar una gran cantidad de información sin hacer una gran inversión.
También podemos utilizar cámaras termográficas para identificar puentes térmicos y áreas con pérdidas de energía.
· Definir plan de acción
Con el diagnostico hecho será mucho más fácil establecer unos objetivos de rehabilitación reales (reducción del consumo energético, uso de energías renovables, mejora del confort térmico, reducción de emisiones de CO2, etc.) y, por consiguiente, desarrollar un plan detallado que incluya todas las intervenciones necesarias.
Eso sí, aunque el plan contemple todas las acciones necesarias, en ocasiones habrá que priorizarlas según su impacto y costo, y como medida para evitar patologías en el edificio.
· Ejecución de las obras y mantenimiento
Con el plan definido, ¡arranca la rehabilitación! Para la ejecución de las obras debemos asegurarnos de contar con buenos profesionales en el sector, que sigan las mejores prácticas y utilicen materiales de calidad.
Y una vez realizadas esas mejoras, es importante cuantificar los progresos logrados, de cara a establecer posibles intervenciones a realizar en un futuro.
Ayudas para la rehabilitación de una vivienda
La rehabilitación de edificios con objetivos de eficiencia energética y sostenibilidad puede beneficiarse de diversas certificaciones y subvenciones que fomentan este tipo de proyectos.
En España por ejemplo podemos acogernos al Programa de Rehabilitación Energética de Edificios (PREE) destinado a mejorar la eficiencia energética de los edificios. Estas ayudas cubren algunas actuaciones como la mejora del aislamiento térmico, la instalación de sistemas de calefacción y refrigeración eficientes, y la incorporación de energías renovables.
El Plan Estatal de Vivienda también incluye ayudas para la rehabilitación de edificios y viviendas, con especial atención a la mejora de la eficiencia energética y la accesibilidad.
Pero no son las únicas ayudas. Hay programas locales, nacionales y europeos que pueden ayudarnos a rehabilitar nuestras viviendas, así que es importante investigar de antemano y consultar todas las posibilidades.
En ONHAUS os proporcionamos información sobre todas las fases que implican la rehabilitación de una vivienda. No dudes en contactar con nosotros para resolver todas tus dudas.